
Sea en La Cosa del pantano, La Liga de los hombres extraordinarios, Miracleman o Watchmen, hay una cosa que Alan Moore hace mejor que nadie: toma un concepto ya establecido y le da una vuelta hasta llevarlo a otro nivel, casi hasta deconstruir todo el género. Eso es precisamente lo que hace en la que posiblemente sea la mejor historia de superhéroes de la historia, una que hereda toda una época para destruirla y llevar el tebeo de superhéroes a otra escala. No se dejen engañar por la adaptación cinematográfica de Zack Snyder ni por los trajes de licra y el clasicismo de Dave Gibbons, porque Moore consigue en esta serie romper las reglas establecidas para ahondar en la filosofía y en los conceptos más profundos del ser humano.